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La Ley Karin ha despertado muchas inquietudes entre trabajadores y empleadores. Su objetivo es claro: asegurar espacios de trabajo libres de acoso y violencia, implementando medidas concretas para proteger a los colaboradores. A continuación, respondemos a las preguntas más comunes sobre esta normativa.
La Ley Karin tiene como propósito crear lugares de trabajo más seguros, libres de acoso sexual y laboral, y de cualquier tipo de violencia en el ámbito laboral. Esta ley introduce nuevas definiciones y refuerza procesos de investigación para garantizar una adecuada respuesta ante denuncias. Además, instaura la obligación de las empresas y entidades públicas de prevenir y actuar frente a estas situaciones.
La ley abarca tres áreas clave:
Estas definiciones se han integrado al Código del Trabajo con un enfoque de género, tal como se establece en el Artículo 2 de dicha normativa.
Las organizaciones, tanto públicas como privadas, están obligadas a implementar un protocolo de prevención del acoso y la violencia laboral. Este protocolo debe estar alineado con las directrices de la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO). Entre las principales obligaciones, se destaca:
La ley establece mecanismos claros para gestionar las denuncias, tanto dentro de las empresas como ante la Inspección del Trabajo:
Una vez concluida la investigación, el empleador debe:
La Inspección del Trabajo tiene un rol fundamental en la Ley Karin. En caso de recibir una denuncia, tiene dos días para exigir al empleador la adopción de medidas de protección. Además, si la Inspección detecta vulneraciones de derechos fundamentales, tiene la obligación de denunciar ante los tribunales, sin necesidad de buscar una conciliación previa en los casos de acoso sexual.
La Ley Karin se alinea con el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ratificado recientemente por el país, que tiene como objetivo erradicar el acoso y la violencia en los lugares de trabajo. Esta normativa también forma parte de un conjunto de reformas laborales con perspectiva de género, como la reducción de la jornada laboral a 40 horas y el fortalecimiento de la Ley SANNA.
Las empresas deben actualizar sus políticas internas, formar a sus equipos en la prevención del acoso y la violencia laboral, y contar con mecanismos claros para la recepción y manejo de denuncias. Además, deben estar preparadas para actuar con rapidez, respetando los principios de confidencialidad, imparcialidad y perspectiva de género en todos los procedimientos.
La Ley Karin representa un paso crucial hacia la creación de entornos laborales más respetuosos y seguros, promoviendo un cambio cultural en el ámbito laboral que beneficia a todos los trabajadores y trabajadoras.
Fuente: gob.cl