Civil

Estudio de títulos

El estudio de título es, por esencia, un trabajo profesional. Un abogado estudia los títulos de un inmueble cuando recibe el encargo de preparar un contrato que constituirá el titulo por el cual su cliente se propone adquirir el dominio u otro derecho real sobre esa propiedad; a veces incluso, cuando sólo se propone arrendarla, aunque del arrendamiento sólo nacen derechos personales. Por consiguiente, el estudio de los títulos es un trabajo meramente preparatorio del contrato que las partes van a celebrar. Tiene, además, y de manera primordial, un carácter preventivo. Quien proyecta comprar un bien raíz o recibirlo en pago, en hipoteca o en arriendo, quiere y requiere que su abogado estudie los títulos y le informe: – Que un tercero no podrá disputarle legítimamente, con fundamentos válidos, el derecho que se propone adquirir. Es decir, que el actual poseedor inscrito tiene, como dice el mensaje del Código Civil, un título incontrastable de propiedad. – Que no existen condiciones, embargos, interdicciones o prohibiciones de carácter convencional, legal o judicial que limiten o embaracen el libre ejercicio del derecho del dueño a disponer del inmueble o le impidan ejercerlo válidamente. – Si a la propiedad le afectan o no le afectan hipotecas, usufructos, derechos de uso o habitación, arrendamientos inscritos y, en general, gravámenes o derechos a favor de terceros. – Si el dueño puede disponer libremente del inmueble por sí mismo o si requiere el ministerio o autorización de otra persona y, en tal caso, que requisitos deben cumplirse para celebrar válidamente el contrato proyectado.
– Si el mandatario convencional que representará al dueño está investido de las facultades especiales que requiere para enajenar o gravar el inmueble. – Si los títulos le merecen algún reparo, como deben subsanarse los vicios o defectos que le afectan, para celebrar válidamente el contrato proyectado. Terminado el estudio se prepara un documento que se conoce como informe de títulos, que se acostumbra estructurar en cuatro partes: – El encabezamiento. Donde se singulariza el inmueble y se individualiza al propietario. – La relación cronológica de los títulos examinados. – la observaciones que sea menester formular respecto a la situación del inmueble. -La conclusión, donde se dictamina si los títulos están o no ajustados a derecho y, en su caso, se consigna la forma de subsanar los reparos formulados.

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El estudio de título es, por esencia, un trabajo profesional. Un abogado estudia los títulos de un inmueble cuando recibe el encargo de preparar un contrato que constituirá el titulo por el cual su cliente se propone adquirir el dominio u otro derecho real sobre esa propiedad.